Es el miembro distinguido de la Clase Carta Blanca de la marca Cubay, evocación y homenaje a la Cultura Ronera del Centro de la Isla y al reconocimiento ya obtenido por algunos blancos hechos para grandes acontecimientos en los últimos 30 años, que forman parte de su mezcla singular.

De ligero aspecto color ámbar, perfecta brillantez y transparencia, con matices únicos, testimonio de su natural y extenso envejecimiento, evoca el verdor de sus orígenes: “la caña de azúcar”. Su equilibrado bouquet le permite permanecer viviente en copa seca, en copa llena y hasta en la boca del propio consumidor, para alargar su disfrute.

Combinación de envejecimiento en barriles y
reposo de varias fases, equilibrio perfecto entre la
fuerza, y. la delicadeza. Con una entrada muy
redonda y sólida que da paso a un paladar complejo
aromático, con gran cuerpo para su tipo. Expresión arte y la magia de mezclar aguardientes y
rones envejecidos para luego darle un finish muy
particular que lo convierte en algo especial para
un paladeo lleno de sugestión.